Si hubiera una vacuna que redujera el riesgo de meningitis bacteriana, diarrea, otitis, infecciones respiratorias, diabetes, linfoma, leucemia, obesidad, asma y síndrome de muerte súbita del lactante, ¿se la pondría a su hijo? ¿Y si además protegiera a la madre de la osteoporosis, el cáncer de mama y de ovarios y la ayudara a perder peso? Esa vacuna existe, pero pocos niños y mujeres se benefician de ella, y menos de la forma óptima recomendada por las organizaciones médicas. Es la leche materna!
Disfruten de este excelente articulo:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Aprendiendo/ser/mamiferos/nuevo/elpepisoc/20100804elpepisoc_1/Tes
Y aquí... ¿qué hay?
Debería empezar este blog diciendo "hace 19 meses nació mi hija..." sin embargo, prefiero hacerlo con una confesión: No me gustaban los bebes. ¿Los niños? ¡ni hablar!... ¿cómo alguien tan pequeño puede hacer tanto pupú? y, ¿cómo un enanito de 90 centímetros puede estar tan cochinito, hacer tanto desorden y sin embargo, parecerle tierno a alguien?. Totalmente incomprensible. Hasta que llegó el día D.....
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miércoles, 20 de octubre de 2010
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